Una vez más, en medio de un paro general, el Congreso volvió a ser escenario de una avanzada paraoficialista: Martín Tetaz, aliado radical, convocó a la Comisión de Legislación Laboral de la Cámara de Diputados para darle curso a la discusión de una docena de proyectos de reforma laboral. Mientras las columnas de la CGT marchaban hacia el Palacio Legislativo para acompañar a los jubilados, adentro se reanudaba el debate para eliminar la cuota sindical obligatoria, un intento explícito de asfixiar financieramente a los gremios y debilitar su capacidad de respuesta. La escena expuso el distanciamiento entre el Gobierno nacional y los sindicatos, que ya rechazaron de plano las iniciativas en discusión.