Un grupo de 64 migrantes extracontinentales que fueron deportados el mes pasado a Panamá desde Estados Unidos continúan su periplo lleno de incertidumbre por el país centroamericano, con el traslado este martes a un nuevo albergue, esta vez bajo la tutela de un colectivo de organizaciones católicas que lamentan la falta de apoyo del Gobierno panameño.
"No recibimos ningún apoyo del Gobierno (...). No eximimos al Estado de su responsabilidad, pero hacemos un llamado a las autoridades: esto no puede seguir sucediendo", dijo a EFE Elías A. Cornejo, el coordinador de Fe y Alegría, una de las organizaciones católicas que forma parte de la Red CLAMOR (la Red Eclesial Latinoamericana y Caribeña de Migración, Desplazamiento, Refugio y Trata de Personas), que ayuda a los migrantes.