Los estadios de fútbol se han convertido en completas obras de arquitectura. Para los aficionados del equipo puede tratarse prácticamente de su segunda casa. De un lugar donde van a disfrutar, o a sufrir, con sus colores, y que representa mucho más que un campo. Sin embargo, muchos de esos aficionados, por diversos motivos nunca visitan al completo todo lo que ese lugar esconde. Por eso nos desplazamos hasta el Sánchez Pizjuán, uno de los estadios más históricos de nuestro país y hogar del sevillismo.
La historia del club hispalense pasa primero por algunas de sus leyendas como Antonio Puerta o Jose Antonio Reyes. Pero también pasa por todo lo que sus más de cien años de trayectoria atesoran en su museo. Más allá de sus títulos europeos, el Sevilla posee trofeos y elementos históricos claves en su desarrollo, y que tienen un valor incalculable.
Pero aunque se trate de un estadio muy histórico, tendrá que entrar en obras. Para tratar de seguir a la vanguardia del fútbol español, cambiará por completo su estética. Pero habrá un elemento clave para todo el sevillismo y que será el único que se mantenga en el nuevo Ramón Sánchez Pizjuán.