Andrea Ranocchia comparte su perspectiva sobre la dinámica interna del Inter de Milán durante los años de Mauro Icardi como capitán. Destaca las presiones externas y la influencia de Wanda Nara en la vida personal y profesional del futbolista, sugiriendo un control psicológico significativo por parte de ella. Ranocchia enfatiza que, a pesar de ser compañeros de equipo, las interacciones fuera del campo eran limitadas debido a las exigencias del deporte profesional.