Bill Gates ha expresado su preocupación por la creciente implicación de Elon Musk en la política internacional, especialmente en el Reino Unido y Alemania.
En una entrevista con The Times, Gates calificó de «locura» que Musk tenga poder para influir en situaciones políticas, advirtiendo de los efectos desestabilizadores de tales acciones.
A principios de este mes, Musk pidió la destitución del primer ministro británico, Keir Starmer, acusándole de no haber abordado la explotación infantil durante su mandato como fiscal jefe del Reino Unido.
Recientemente, Musk intervino virtualmente en un mitin de Alternativa para Alemania (AfD), un partido político alemán de extrema derecha.
También elogió las políticas de inmigración de AfD en un artículo de opinión publicado en diciembre para Welt am Sonntag, en el que calificaba al partido de «última chispa de esperanza para este país».
Gates sugirió que los países deberían aplicar salvaguardias para impedir que personas extranjeras adineradas influyan en sus elecciones.
«Creo que en Estados Unidos no se permite a los extranjeros dar dinero. Otros países quizá deberían adoptar salvaguardias para asegurarse de que los extranjeros superricos no distorsionan sus elecciones», dijo Gates.
La influencia política de Musk ha aumentado considerablemente, sobre todo tras la reelección del presidente estadounidense Donald Trump.
Musk habría gastado 277 millones de dólares en apoyar a Trump y a otros candidatos del Partido Republicano en 2024 y ahora dirige el Departamento de Eficiencia Gubernamental, cuyo objetivo es recortar el gasto y las regulaciones.
«Pensaba que las reglas del juego eran que elegías un número finito de cosas sobre las que soltar chorradas que te importaban, te centrabas en unas pocas cosas críticas, en lugar de decirle a la gente a quién debería votar... Si alguien es superinteligente, y él lo es, debería pensar cómo puede ayudar. Pero esto es agitación populista», dijo Gates.
Gates y Musk ya se enfrentaron en 2021, cuando Gates rechazó las ambiciones espaciales de Musk, diciendo que prefería invertir en vacunas que en cohetes.