Un conductor embiste con su coche a otro sin motivo y acaba perdiendo el control. Y decimos sin motivo porque el vídeo arranca con este impacto que no es nada fortuito. Eso sí, por mucho que tuviera razones para enfadarse el otro conductor este comportamiento nunca está justificado, en ningún caso un comportamiento violento puede llegar a tener justificación. Y, mucho menos, en la carretera.