Leo esta frase que dice, "en las actuales circunstancias que siga el conflicto docente en la provincia de Buenos Aires es una desgracia. Pero para que no siga el paro el gobierno tiene que tirar por la borda el resto de la política económica, cosa que terminarían lamentando los mismos docentes". Esto me lo invita el doctor De Pablo.
Los docentes tienen un conflicto salarial y el estado tiene limitaciones severas para aumentar el presupuesto docente.
La clave la dio Juan Llach. Juan nos dijo que hay un montón de docentes que cobran y no laburan. El ministro Estéban Bullrich me pasó una información sobre el tema, podemos estar hablando de un promedio nacional del 25% de los docentes que tienen cargo y no trabajan.
Los sindicatos tienen que aceptar este problema y ceder.
Hace un par de semanas Federico Salvai me dio un dato un poco peor.
Mientras el país está un poco ocupado de un grupo de personas varadas en Olavarría como consecuencia de seguir a un desquiciado, y están los caballos de la policía, los patrulleros de la Federal, camiones trayendo gente, colapsadas las rutas... Guarda con esta concepción de que estos eventos son privados porque terminan siendo dramáticamente públicos.
Mientras esto ocurre, y estamos consternados... En algún punto tiene que haber un nivel de responsabilidad individual en el comportamiento de un país. No todo es culpa de Macri, o de la gobernadora María Eugenia Vidal, ni siquiera de la señora de Kirchner.
Mientras esto ocurre hoy La Nación presenta una crónica, un episodio tremendo que ocurre aquí en la Ciudad de Buenos Aires.
En Villa Soldati hay una banda de menores, cuyos integrantes tienen entre 8 y 15 años.
A veces nos volvemos espectadores de los problemas. Yo puedo entender que la sociedad tenga problemas para combatir el accionar de bandas armadas.
Acá no podemos detener el delito de chiquitos. Empezamos a perder el control. Este estado no puede parar delitos cometidos por chiquitos de ocho años.