Nuestra morbosa mirada ha terminado distorsionando la imagen de la naturaleza y del resto de animales hasta evocar con ella poco más que la idea de una jungla salvaje, fría y despiadada donde no rige otra ley que la ley del más fuerte. Nada más lejos de la realidad. Los episodios de amor, de cariño, de compañerismo, de solidaridad y de empatía son mucho antes la norma que la excepción, buena prueba de lo cual la ofrecen tanto los padres como las crías de los pericos elegantes (Platycercus elegans).
Por un mundo más justo para todos, por favor, hazte VEGANO.
Más información en:
http://lluvia-con-truenos.blogspot.com.es/